Esta mañana me llamaba mi madre para darme una buena noticia: había llamado a mi hermana para cubrir un puesto en la fiscalía de menores de una ciudad a una hora de donde vivimos. Ha sido algo que me llenó de ilusión porque, como ya he dicho, se merece todo y más.
Ella tiene miedo a dejar el trabajo actual para, en principio, dos meses, pero lo que yo la digo "¿Quién te dice que no sea para mí?". Si es caso es hacerte un hueco y en la administración, como en todos los lados, más vale caer en gracia que ser gracioso, así que a ver si tiene suerte.
Va apareciendo la luz... del final del tunel...
miércoles, 9 de abril de 2008
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